Los animales ¿objetos de explotación o seres sintientes?
Resumen
Los humanos nos hemos vinculado con los animales dominándolos y usándolos para alcanzar nuestros fines sin preocuparnos por sus intereses y necesidades, considerándolos como objetos, lo que ha favorecido servirnos de ellos sin restricciones. En muchas legislaciones se han categorizado como simples bienes hacia los que no tenemos ninguna consideración ni obligación, colocándolos en una situación de vulnerabilidad. Sin embargo, las evidencias científicas demuestran que tienen capacidad de sentir, de expresar emociones y de tener una vida mental compleja. Esto ha permitido dar un giro en las posturas filosóficas antropocéntricas hacia nuevas corrientes éticas más incluyentes que sí consideran los intereses, necesidades y el bienestar de los otros animales, cuestionando la violencia que hemos ejercido contra ellos y que ha sido justificada desde el especismo. Algunas de nuestras acciones resultan inaceptables como el entretenimiento a costa del sufrimiento animal, pero hay otras que parecieran necesarias o inevitables como la investigación con animales y los que se destinan a nuestra alimentación. De esta reflexión se concluye que tenemos la obligación moral de reconocer sus intereses, disminuyendo su sufrimiento y maximizando su bienestar, dejando de verlos como simples cosas o propiedades y reconocerlos como seres sintientes.