
Protrepsis, Año 14, Número 28 (mayo - octubre 2025). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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Los cínicos consideran que la vida virtuosa consiste en vivir conforme a la naturaleza: “hay que ser
capaz de asumir esa animalidad como forma reducida pero prescriptiva de la vida. La animalidad
no es un dato, es un deber” (Foucault, 2010: 279). Esta idea impulsa el surgimiento de una vida
que se manifiesta como práctica animal: “vida desnuda, vida mendicante, vida bestial e incluso vida
de impudor, vida de despojamiento y vida de animalidad: todo esto aparece con los cínicos, en los
límites de la filosofía antigua” (Foucault, 2010: 282). Adoptar una existencia puramente animal
implica habitar el umbral entre la filosofía y la locura. Cuando las ideas cínicas se llevan al extremo,
pueden conllevar comportamientos irracionales. Por ello, Foucault describe el cinismo como “esa
suerte de mueca que la filosofía se hace a sí misma, ese espejo roto donde el filósofo está destinado
a verse y a no reconocerse” (Foucault, 2010: 282).
4. El cinismo en el Arte
En la clase del 29 de febrero de 1984 de El coraje de la verdad, Foucault (2010) desarrolla una
descripción del cinismo comprendido como tipo de pensamiento, prácticas de existencia y forma
de subjetividad resistente. A este tipo de cinismo, para distinguirlo de la filosofía en la antigüedad,
Foucault lo describe como una categoría histórica o categoría moral en la cultura occidental. Para
dar cuenta del cinismo comprendido como subjetividad moderna, Foucault enlista cuatro textos:
El coraje de existir de Paul Tillich (1953); Moral e e Hipermoral del Arnold Gehlen (1969),
Parménides y Jonás de Klaus Heinrich (1966) y Crítica de la razón cínica de Peter Sloterdijk
(1983). Sin embargo, reconoce que no conoce el tratado de Sloterdijk14. Estos tres primeros autores
indagan en el cinismo una reflexión política sobre las razones por las cuales los alemanes pudieron
dar lugar al nazismo (Freitas, 2021). Después de la Segunda Guerra Mundial, los filósofos
alemanes pretenden distinguir si el cinismo puede constituir una conciencia crítica o una filosofía
fanática que hace posible la existencia de regímenes totalitarios. Foucault aborda el problema del
cinismo como categoría histórica mediante tres etapas: 1) El cinismo en la Europa cristiana, en las
prácticas e instituciones del ascetismo; 2) El cinismo en la vida revolucionaria del siglo XIX y la
vida como actividad revolucionaria, 3) El cinismo en el arte moderno. Foucault dice que el “asceta
cristiano quería dar cuerpo a la verdad mediante esas prácticas de ascesis a la manera del cínico”
(Foucault, 2010: 193). Debido a que la ascesis cristiana conduce al punto extremo de la renuncia
a sí (Foucault, 2002b: 463), ideal de sacrificio lejano de las subjetividades del siglo XX, y debido a
que la vida revolucionaria ha dejado de tener preponderancia, consideramos que el cinismo que se
encuentra actualmente presente corresponde al Arte contemporáneo. En El coraje de la verdad,
Foucault (2010) expone las relaciones entre arte moderno y cinismo. A continuación, se exponen
14 “[el] cuarto libro, pero que no conozco —me lo señalaron hace poco—, aparecido el año pasado en Alemania, en
Suhrkamp, es de alguien que se llama Sloterdijk y lleva el solemne título de Crítica de la razón cínica. No se nos
ahorrará ninguna de las críticas de la razón, ni la pura, ni la dialéctica, ni la política, y por ahora, por lo tanto, ‘crítica de
la razón cínica’. Es un libro en dos volúmenes sobre el cual no sé nada. Me han dado opiniones divergentes, digamos,
acerca de su interés. En todo caso, es seguro que encontramos en la filosofía alemana contemporánea, desde la guerra,
toda una problematización del cinismo en sus formas antiguas y modernas”. (Foucault, 22010: 191)