Todos lo hacemos cuando hablamos de cosas que no conocemos como si la
conociéramos e incluso como si no tuviéramos ninguna duda al respecto.
7. Conclusiones
En esta contribución se ha proporcionado una descripción formal de las CC, una ilustración de sus
principales características definitorias y de sus limitaciones epistémicas más relevantes. Nuestra
propuesta, en particular, hizo hincapié en la presencia de algunos elementos formales mínimos que
parecen estructurar el contenido de la mayoría de las historias complotistas (puntos i-iv, vi). Se trata
de elementos que, de por sí, pueden ser razonables y, sin embargo, en las CC adquieren caracterís-
ticas fantásticas debido a la no-falsabilidad, o pseudo-racionalidad, y camuflaje, o mimetismo cien-
tífico (puntos v, vii). Estos últimos aspectos, sin embargo, las CC los comparten en general con toda
creencia no-convencional (CNC) y, más aún, con una clase mucho más amplia de creencias que
definimos creencias conceptuales generales (CG).
El aspecto de mayor relevancia de nuestra contribución, en efecto, estriba en la inserción de las CC
y otras CNC en las CG. Mientras el grueso de la literatura reciente sobre el tema tiende a estigma-
tizar dichas creencias debido a la irracionalidad de sus contenidos específicos y de los mecanismos
psicológicos y cognitivos que las producen, desde nuestro punto de vista, las CC constituyen solo
la punta de un iceberg, compuesto por creencias que se forman y circulan masivamente en un gé-
nero de comunicación común y normal, caracterizado esencialmente por cierre cognitivo, disimu-
lación de la ignorancia, personalización y mala fe. Las CG son la moneda circulante en este tipo de
comunicación social, del cual se alimenta constantemente lo que podría llamarse opinión general.
Consideradas en el marco de este tipo de comunicación, CC y CNC, aun siendo reconocidas como
distorsiones de la realidad, pierden el carácter patológico que se les atribuye generalmente en la
literatura y adquieren por lo menos una racionalidad específica y contextual, es decir, subjetiva,
que la mayoría de los trabajos de las últimas décadas tienden a subestimar sistemáticamente.
Las CG se caracterizan, aunque de manera menos evidente y descarada, por la presencia de los
mismos rasgos esenciales (inferencias incorrectas, pseudorracionalidad, autoengaño) que se en-
cuentran en las CC. Como las CC, las CG en general emergen debido a de nuestra ignorancia
radical ante la mayoría de los hechos que nos rodean y, al mismo tiempo, a la exigencia que la vida
social nos pone de ocultar dicha ignorancia, manifestando conocimientos, identidades y una capa-
cidad asertiva de los cuales el sujeto no es realmente capaz. Su funcionalidad se debe a que se ar-
man fácilmente y, una vez armadas, permiten tener y dar la impresión de una competencia que en