Protrepsis, Año 11, Número 21 (noviembre 2021 - abril 2022). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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lenguaje, expresados en obras escritas o a través de discursos orales, son reflejo de la ideología y
valores de una cultura, por lo cual, la reinterpretación como método, esto es como camino, para
visibilizar el quehacer de las mujeres más allá de la interpretación hegemónica, permite visibilizar
las estructuras ideológicas de los discursos. El lenguaje no está desprovisto de estructuras ideológi-
cas, pues como hemos visto con el ejemplo de Aristóteles, términos como αρσην o θηλυς, lo mas-
culino y femenino, han estado asociados a una ideología en razón de lo superior o lo inferior. El
feminismo, por su parte, nos permite tener claridad al respecto y su método, esto es, el camino para
la reinterpretación del pasado o del presente permite, como expresa Griselda Gutirrez, “crear
nuevas claves de interpretación de viejos problemas y con ello abrir una gama de posibilidades
teórico-explicativas” (Gutirrez, 2002: 9). La labor de interpretación con una perspectiva de g-
nero es pues el camino para crear nuevas claves de interpretación. Se trata en ese sentido de un
camino por hacer, no de un método ya dado o sistemático, sino de buscar claves de interpretación
entre los diversos discursos sobre las mujeres y de las mujeres.
Rescato también la postura de Nuria Varela para quien el feminismo, en tanto praxis ética a favor
de la igualdad de los derechos humanos, puede y debe implementarse en nuestras sociedades. He-
mos aprendido del largo camino de la historia, pero, como indica Nuria Varela (Varela, 2008), es
importante visibilizar y resignificar las prácticas culturales del pasado para fomentar transforma-
ciones en el presente. Es decir, evidenciar claves de interpretación sobre los discursos del pasado,
mostrando, tanto las interpretaciones hegemónicas sobre las mujeres, como también resignificando
la labor de ellas, más allá de la carga ideológica que las ha subordinado al papel de otro. El femi-
nismo, bajo esta perspectiva, se define como un movimiento ético a favor de la visibilización de la
historia de las mujeres con la finalidad de reapropiarnos de nuestro propio presente. Así, pues la
ética feminista se relaciona con el método de interpretación, es decir, con esa búsqueda de nuevas
claves de interpretación. En palabras de Varela, el feminismo:
[...] supone darse cuenta de las mentiras, grandes y pequeñas, en las que est cimentada nues-
tra historia, nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestra economía, los grandes proyectos y los
detalles cotidianos. Supone ver los micromachismos -como llama el psicoterapeuta Luis Bo-
nino a las pequeñas maniobras que realizan los varones cotidianamente para mantener su po-
der sobre las mujeres-, y la estafa que supone cobrar menos que los hombres. Ser consciente
de que estamos infrarrepresentadas en la política, que no tenemos poder real, y ver cómo la
mujer es cosificada día a día en la publicidad. Supone conocer que la medicina, tanto la in-
vestigación como el desarrollo de la industria farmacéutica, es una disciplina hecha a la me-
dida de los varones y que las mujeres seguimos pariendo acostadas en los hospitales para co-
modidad de los ginecólogos, una profesión en España copada por varones. Supone saber que,
según Naciones Unidas, una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido malos tratos o
abusos y que en Espaa son más de un centenar las mujeres asesinadas cada año por sus com-
pañeros, maridos, novios o amantes. Supone, en definitiva, ser conscientes de que nos han