Protrepsis, Año 11, Número 22 (mayo - octubre 2022). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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método científico universal sino, más bien, es el resultado de un proceso histórico en el que se han
ido recolectado, refinando instrumentos de observación, técnicas de control, metáforas de lo real,
procedimientos estadísticos, entre otros, para lograr mejores inferencias y explicaciones del mundo
que permitan realizar tareas con éxito (Haack, 2008: 8).
La construcción de mejores justificaciones y explicaciones que permitan actuar en el mundo se
complementa con la necesidad de desarrollar categorías, modelos, clasificaciones, etc., que i) van
obteniendo mayor grado de verdad, y ii) van permitiendo considerar similitudes, familias y relacio-
nes novedosas o insospechadas que suceden realmente (Haack, 1988: 181), siendo la meta final del
discurso científico el establecer la autenticidad de las creencias empíricas (Haack, 1993: 222), lo
cual sería sinónimo de tener una correcta representación, i. e., la posibilidad de realizar acciones
que se guíen por los sucesos del mundo con éxito (Haack, 1993: 239). El autor de este artículo
considera que, justamente, sería esta concepción del discurso científico lo que lleva a Haack a se-
parar el pensamiento epistemológico del pensamiento feminista. La necesidad de encontrar justi-
ficaciones racionales y guías de acción en el mundo son una condición de todo individuo, y lo único
que requiere para generar un todo coherente y fundado es “averiguar cómo están las cosas en su
experiencias sensorio-introspectiva, junto con la teoría explicativa que diseñe para acomodarlas”
(Haack, 2003: 13). Luego, las diferencias evidenciadas en la labor de los científicos provendrían de
su individualidad antes que de su género. Haack comprende que el trabajo epistemológico es difícil
e indiferente de quien lo haga (Haack, 2003: 14), que la opresión o el punto de vista alternativo no
ofrece ninguna condición privilegiada para elaborar mejores justificaciones o guías de acción y, si
esto se permitiera, tendría como consecuencia que las consideraciones políticas deberían tomarse
como “formas legítimas de decidir entre teorías científicas” (Haack, 2003: 15). Lo anterior no anula
la relevancia del feminismo en los ámbitos políticos, sino, simplemente, en los ámbitos cognitivos.
En lo sociopolítico, Haack comprende la necesidad de apreciar la individualidad de las personas
de forma plena sin tener que entenderlas desde un sexismo esencialista (Haack, 2021: 9). Aquí, el
feminismo no debe definirse como una epistemología, sino que su meta es eliminar estereotipos, y
la epistemología no debe auto-percibirse como feminista, sino que su fin es desarrollar verdaderas
explicaciones de por qué algo es un conocimiento (Haack, 2021: 10).
A partir de esta perspectiva epistémica, en Haack las metáforas tienen un rol pragmático único y
necesario para el trabajo científico, son una de las herramientas que permiten el refinamiento y
ampliación de los métodos, procedimientos e inferencias de las ciencias (Haack, 2008: 7). La utili-
dad cognitiva de las metáforas radica en su rol creativo, pues sintetizan en una imagen o en un
modelo a una dimensión de la realidad que podrá servir como criterio para evaluar la evidencia
empírica de una teoría, hipótesis o problema (Haack, 1997: 496). La autora comprende que, a tra-
vés de la metáfora, los científicos pueden expresar similitudes que se concebían de manera imper-
fecta, o pueden modificar teorías viejas con categorías o clasificaciones en vías de desarrollo
(Haack, 1988: 183). Esto es así porque las metáforas científicas establecen un tipo de interacción