Protrepsis, Año 10, Número 20 (mayo - octubre 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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ISSN: 2007-9273
Protrepsis, Año 10, Número 20 (mayo octubre 2021) 153 - 160
Recibido: 05/02/2021
Aceptado: 28/04/2021
Ensayo: Tiempo y diferencia: Deleuze y Bergson
Jonathan Alberto Guzmán Díaz 1
1Universidad Veracruzana
Xalapa, Veracruz, México
E-mail: cerbalzack@hotmail.com
Resumen: El objetivo de este ensayo consiste en realizar una comparación entre Deleuze y Bergson
con respecto a la relación: tiempo y diferencia. Así, se precisará por qué la tercera síntesis del
tiempo en Deleuze es equivalente al concepto de duración en Bergson, la cual implica una produc-
ción de diferencia. De esta manera, se determinará cuál es la influencia de Bergson en el libro Di-
ferencia y repetición de Gilles Deleuze.
Palabras clave: Diferencia, duración, memoria, tiempo, repetición.
Abstract: The purpose of this essay consists in establishing a comparison between Deleuze and
Bergson regarding the relationship: time and difference. Thus, it will be specify why Deleuze’s
third synthesis of time is equivalent to Bergson’s concept of duration, which imply a difference
production. In this way, it will be point out Bergson’s influence on Gille Deleuze’s book Difference
and Repetition.
Keywords: Difference, duration, memory, time, repetition.
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Introducción
En la obra Diferencia y repetición, Deleuze se propone una tarea clara y delimitada, a saber: pensar
la diferencia y la repetición fuera del concepto y la representación. Para Deleuze, el problema de
la historia de la filosofía, es decir, de los sistemas de pensamiento de Aristóteles a Hegel, ha consis-
tido en la relación entre la diferencia y la repetición.
El error fundamental de la filosofía ha consistido en pensar la diferencia desde el concepto, a partir
de la identidad, es decir, ver en la diferencia no el movimiento positivo del ser, sino, una simple
diferencia conceptual. Precisamente, partiendo del error de la filosofía moderna, Deleuze se plan-
tea pensar la diferencia en misma; diferencia que implica el movimiento de la repetición en
misma. Y por ello, pensar la diferencia obliga a detenerse en la relación de tiempo y repetición, que
posteriormente conduce a la diferencia como porvenir.
Ahora bien, pensar la repetición significa clarificar la génesis del tiempo, en ese juego de actualiza-
ción entre el sujeto latente y el sujeto manifiesto. Es decir, la génesis del tiempo es la posibilidad
de la realidad de un orden del tiempo, a saber, que el tiempo de la representación, con la repetición
y la diferencia que le es propia, es una derivación de las síntesis del tiempo, las cuales implican un
movimiento de repetición y que conducen a la diferenciación en sí.
Así, para Deleuze el problema consiste en pensar la diferencia y la repetición fuera de la identidad,
el concepto, y lo Mismo. Y para realizar esta tarea, Deleuze propone dos líneas de investigación:
por un lado, no confundir el concepto de diferencia con una diferencia puramente conceptual; y
por otro, tratar la repetición como una singularidad universal que encierra en el devenir real, es
decir, la creación del tiempo.
En este trabajo se seguirá la segunda línea de investigación. Y esto con la finalidad de precisar en
qué consiste la génesis del tiempo, en ese juego de actualización entre el sujeto latente y el sujeto
manifiesto. Al hablar de génesis de la idea de tiempo, se trata de establecer las condiciones de po-
sibilidad de un orden del tiempo y de su representación. De este modo, el tiempo en el sujeto la-
tente es la posibilidad del orden del tiempo en la realidad; sin embargo, hay que entender tal posi-
bilidad no en tanto una condición que precede, sino en cuanto un proceso, una génesis de la idea
de tiempo en la que las síntesis del tiempo conforman el tiempo de la realidad y se abren a la dife-
renciación pura.
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La repetición se constituye en las síntesis del tiempo, entendiendo por esto último que en la génesis
de la idea de tiempo la repetición se pone en movimiento hasta llegar a la repetición propia de la
tercera síntesis del tiempo que significa ya una diferenciación como positividad del ser. Por último,
es necesaria otra aclaración. Cuando se habla de sujeto, no hay que pensar con ello en el sujeto
epistémico de la representación; en Deleuze, el juego, la relación, el desarrollo entre lo latente y lo
manifiesto, implica toda la realidad, y en este sentido, la filosofía de Deleuze, como la de Bergson,
es una metafísica; con la advertencia de que no es una metafísica fundamentada en el sujeto de
razón que, al fin, culmina en un devenir abstracto.
Este ensayo está dividido en tres apartados. En el primer apartado se describen las primeras síntesis
del tiempo que Deleuze realiza en su obra Diferencia y repetición. En el segundo apartado se lleva
a cabo una breve exposición de la idea de duración en Bergson, pensándola desde la diferencia.
Finalmente, en el tercer apartado se tratará de esbozar la comparación entre Bergson y Deleuze
precisamente en lo que respecta a la tercera síntesis del tiempo, a saber, el porvenir y la creación.
La síntesis pasiva y la síntesis activa del tiempo
El objetivo de este apartado es explicar en qconsisten las primeras síntesis del tiempo, y después,
subrayar en qué sentido estas síntesis del tiempo hacen pensar en una génesis de la idea del tiempo.
La primera síntesis del tiempo consiste en la síntesis pasiva que contrae los instantes en el presente
vivido; es decir, la primera síntesis del tiempo es el presente. Esta síntesis es pasiva puesto que es
lo fundacional del tiempo, siendo así que el presente no es una dimensión del tiempo, sino, el
tiempo mismo en cuanto presente. Aquí, Deleuze dice que la síntesis pasiva del tiempo es la dura-
ción bergsoniana, tal como se desarrolla principalmente en la obra de Bergson Los datos inmediatos
de la conciencia. Sin embargo, ¿qué significa que el presente es la primera síntesis del tiempo?
El presente vivido, si se considera desde el punto de vista de una subjetividad, es el presente que
contrae las repeticiones entendidas como instantes, y posibilita un pasado y un futuro donde se
completa la sucesión de los instantes, pero: el presente es el tiempo mismo. Así, la primera síntesis
del tiempo, que Deleuze denomina la del hábito en tanto presente que contrae, es la fundación del
tiempo de la realidad, una de las condiciones de posibilidad del tiempo. Deleuze dice lo siguiente
respecto a la síntesis pasiva:
Esta síntesis debe, desde todos los puntos de vista, ser nombrada: se trata de la síntesis
pasiva. Constituyente, no es por ello activa. No está hecha por el espíritu, sino que se hace
en el espíritu que contempla, precediendo toda memoria y toda reflexión. El tiempo es
subjetivo, pero es la subjetividad de un sujeto pasivo. La síntesis pasiva, o contracción, es
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esencialmente asimétrica: va del pasado al futuro en el presente; por consiguiente, de lo
particular a lo general, y, por ese camino, orienta la flecha del tiempo. (2002: 120; énfasis
original).
La síntesis pasiva constituye el tiempo puesto que es la síntesis del presente, a partir de la cual se
torna factible hablar de un pasado y de un futuro; de este modo, la primera síntesis es fundación
del tiempo, en tanto condición que posibilita pensar y vivir el tiempo como un orden de la realidad.
La primera síntesis establece el presente, desde el cual se constituye el tiempo en su realidad.
Respecto a la relación entre presente y repetición se debe tener en consideración que el movi-
miento de la repetición en el presente es el de la contracción de los instantes, lo que en la duración
bergsoniana es la experiencia del tiempo vivido, de la continuidad de los instantes, del reloj de las
cuatro, en la duración vivida.
Así, la síntesis pasiva configura el presente. Sin embargo, ¿qué hace que el presente pase? El tiempo
no se configura en puro presente, en un eterno presente, sino que el presente deja su lugar a otro
presente, es decir: el pasado es coexistente al presente. La segunda síntesis del tiempo, esta vez
activa, fundamenta el tiempo, en tanto que posibilita que el presente pase, que haya un pasado.
Para Deleuze la síntesis activa del tiempo es la síntesis que lleva a cabo la memoria precisamente
en el pasado puro, a priori, que fundamenta la flecha del tiempo con un pasado y un presente.
De esta manera, la síntesis de la memoria se funda en la síntesis pasiva del tiempo, a saber, el pre-
sente; pero, a su vez, se funda en otra síntesis pasiva propia de la memoria por la cual el pasado
permanece, ya como contemporáneo al presente, ya coexistiendo con él. La síntesis del pasado puro
es lo que se denomina la síntesis trascendental de la memoria activa. En fin, la síntesis de la memo-
ria, la síntesis activa, que se funda tanto en el presente como en un a priori del pasado, posibilita el
tiempo en cuanto una sucesión de pasados y presentes a la vez que toda representación del tiempo
como cuantificable:
En este sentido, por más que la síntesis activa de la memoria se funde sobre la ntesis
pasiva (empírica) del hábito, no puede fundarse más que por otra síntesis pasiva (trascen-
dental) propia a la memoria misma. En tanto que la síntesis pasiva del bito constituye el
presente vivo en el tiempo, y hace del pasado y el futuro los dos elementos asimétricos de
este presente, la ntesis pasiva de la memoria constituye el pasado puro en el tiempo, y
hace del antiguo presente y del actual (por consiguiente, del presente en la reproducción
y del futuro en la reflexión) los dos elementos asimétricos de ese pasado como tal. (De-
leuze, 2002: 135).
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La síntesis activa de la memoria, fundada principalmente por el pasado puro, posibilita el transcu-
rrir del tiempo, es decir, esa coexistencia entre el pasado y el presente, conformando así la funda-
ción y el fundamento de la realidad del tiempo. Para finalizar este apartado se explicará por qué las
síntesis del tiempo permiten hablar de una génesis de la idea de tiempo.
Para entender la génesis de la idea de tiempo se debe abordar el problema desde el juego, o mejor
dicho, el mutuo desarrollo entre el sujeto latente y el sujeto manifiesto. Como ya se mencionó en
la introducción, las síntesis del tiempo pasiva (del presente) y trascendental del pasado puro se
podrían definir en el sujeto latente; mientras que la síntesis activa, de la memoria, ya implica la
actualización entre lo latente y lo manifiesto. Es decir, el tiempo no se da simplemente, no es algo
ya dado sino que se produce, y es en este sentido que se habla de la génesis de la idea de tiempo en
ese juego de actualización entre lo latente y lo manifiesto.
Asimismo, en las síntesis del tiempo hasta ahora consideradas se da el movimiento de la repetición,
que en la última síntesis, la del futuro, se da como repetición de la diferencia. En este sentido, no
hay que pensar la relación entre sujeto latente y sujeto manifiesto como algo que subyace a lo otro,
sino en tanto que una mutua actualización, producción, génesis, y en lo que interesa, en cuanto
génesis de la idea de tiempo.
La idea de duración en Bergson, breves consideraciones respecto a la diferencia
La finalidad de este apartado es doble. En primer lugar, se trata de una breve exposición de la du-
ración en Bergson teniendo en cuenta la producción de la diferencia. Y en segundo lugar, esta breve
exposición abrirá la investigación al siguiente apartado en el cual se realizará una comparación en-
tre la tercera síntesis del tiempo en Deleuze y la idea de duración en Bergson.
En la obra Los datos inmediatos de la conciencia, Bergson establece la distinción entre duración y
espacio, es decir, entre sucesión de cualidad y sucesión de cantidad. Así, el tiempo espacializado es
una duración derivada, el tiempo verdadero que imprime su continuidad en el espacio. De esta
manera, la duración, pensándola en la interpretación de Deleuze, funge como síntesis pasiva y ac-
tiva del tiempo de la cual deriva el tiempo de la representación. Sin embargo, la diferencia propia-
mente dicha no se encuentra en la sucesión de los estados de conciencia a través de la duración,
sino en el acto de libertad que surge del pasado y del presente abriéndose al porvenir. La diferencia
en Bergson significa creación, novedad.
Ahora bien, la duración como producción de diferencia, afirmación positiva del ser, creación, se
desarrolla más bien en la obra La evolución creadora. El impulso vital es virtualidad, que se actua-
liza en un proceso de diferenciación en la creación de seres vivos. Aquí, la repetición es mecánica
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puesto que la materia hace que la diferenciación del impulso vital gire sobre sí misma en las espe-
cies ya constituidas, aunque la diferencia como creación implica siempre la repetición en cuanto
novedad.
El último capítulo de La evolución creadora es, quizá, siguiendo la línea de la crítica de la idea de
nada y desorden, el más interesante, pues allí Bergson hace una crítica al falso devenir, a saber, a la
filosofía que piensa el devenir, el ser, a partir del concepto y de la identidad. En este punto, la
cercanía con la filosofía de la diferencia de Deleuze es clara ya que Bergson quiere intuir el devenir
fuera del concepto, la identidad y la contradicción.
Lo que se debe tener en consideración, para pasar al siguiente apartado, es que para Bergson el
tiempo es creación, invención de lo absolutamente nuevo, esto es, diferencia que no se encuentra
en el pasado ni en el presente, pues es una verdadera diferencia, una repetición universal de la
novedad.
La duración, siguiendo la interpretación que Deleuze realiza en su libro El bergsonismo, es produc-
ción de diferencia, movimiento de diferenciación, pensando ésta no como identidad del concepto,
sino en tanto novedad del tiempo, creación de lo absolutamente nuevo.
Con lo brevemente expuesto acerca de la duración y la diferenciación en Bergson, resulta apro-
piado pasar a la comparación entre Deleuze y Bergson precisamente en lo que respecta a la tercera
síntesis del tiempo y a la diferencia que se produce de la repetición de tal síntesis.
Deleuze y Bergson, el tiempo y la diferencia
El objetivo de este apartado estriba en establecer una comparación entre Deleuze y Bergson en lo
referente a la relación entre tiempo y diferencia. Para realizar la tarea propuesta, el acercamiento
se centrará en la tercera síntesis del tiempo en Deleuze.
Deleuze dice lo siguiente acerca de las síntesis del tiempo, de las confluencias de la síntesis pasiva,
la síntesis activa con su síntesis pasiva propia, y de la síntesis del porvenir:
La primera síntesis, la del hábito, constituía el tiempo como un presente vivo, en una fun-
dación pasiva de la que dependían el pasado y el futuro. La segunda síntesis, la de la me-
moria, constituía el tiempo como un pasado puro, desde el punto de vista de un funda-
mento que hacía pasar el presente y advenir otro. Pero en la tercera síntesis, el presente no
es más que un actor, un autor, un agente destinado a borrarse, y el pasado no es más que
una condición que opera por defecto. La síntesis del tiempo constituye aquí un porvenir
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que afirma a la vez el carácter incondicional del producto con respecto a su condición, la
independencia de la obra con respecto a su autor o actor. (2002: 151).
Así, la tercera síntesis del tiempo es la del porvenir, la del futuro, que se afirma independiente tanto
de la fundación como del fundamento del tiempo, de la imaginación y la memoria activa. La tercera
síntesis del tiempo, la del porvenir, configura la totalidad del orden del tiempo, de la realidad del
tiempo, haciendo del porvenir el tiempo que, aunque condicionado en su posibilidad por las sínte-
sis anteriores, implica una repetición que ya es una diferenciación absoluta.
La filosofía de la repetición que desarrolla Deleuze se basa en establecer la repetición como cate-
goría del porvenir, siendo el porvenir del tiempo lo repetido verdaderamente autónomo, respecto a
la autonomía del hábito y del pasado, a la cual destituye. El porvenir le da un sentido al tiempo, le
proporciona su meta final, le otorga orden y sucesión al tiempo; de esta manera, el porvenir es la
síntesis principal del tiempo.
Aunque el porvenir tiene su condición de posibilidad en la síntesis pasiva y activa del tiempo, sin
embargo, es la síntesis del porvenir la que configura la idea de tiempo y da razón tanto del pasado
como del presente, estableciendo así su independencia respecto a las síntesis anteriores con sus
repeticiones propias. La diferencia, la creación, surge en la repetición de la tercera síntesis del
tiempo, la del porvenir, que se afirma como producción independiente de las síntesis anteriores,
que no logran una diferencia y una repetición completamente alejadas de su vínculo a la generali-
dad y el concepto.
Ahora bien, respecto al acercamiento entre Deleuze y Bergson, se debe partir de la idea de duración
como una producción de diferencia, es decir, un impulso diferenciante. Ciertamente, para Bergson
la duración es exigencia de creación, novedad, incluso de libertad. Pasado y presente se continúan
en un futuro, un porvenir impredecible, absolutamente nuevo, repetición que implica creación y
diferencia.
La tercera síntesis del tiempo, en el pensamiento de Deleuze, significa independencia y novedad
respecto a la síntesis pasiva y activa; la tercera síntesis lleva en sí la repetición de un singular uni-
versal, que no es repetición de lo Mismo, determinada en el concepto y la identidad, más bien, es
repetición de la positividad del tiempo donde el provenir es absolutamente nuevo, pensando en la
repetición como el eterno retorno, es decir, del ser.
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En la tercera síntesis nace la diferencia, la producción de lo “absolutamente diferente”, lo que con-
duce a un pensamiento de la diferencia y la repetición sin concepto. Y en este punto es posible
mostrar la influencia directa de Bergson en Deleuze: la duración creadora, la duración productora
de diferencia, el devenir real, finalmente, el ser, no se debe pensar desde el concepto, la idea, la
abstracción y la identidad, sino en su misma afirmación y positividad, en su proceso mismo de di-
ferencia y repetición. En última instancia, la creación excede por completo a sus condiciones, pues
el ámbito de la tercera síntesis es el de la singularidad de Kierkegaard y de Nietzsche, quizá la de
la “moral abierta” bergsoniana, que es universal sin generalidad.
BIBLIOGRAFÍA
BERGSON, Henri (1963). Obras escogidas. Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia,
Materia y memoria, La evolución creadora, La energía espiritual, Pensamiento y movimiento. Ma-
drid: Aguilar.
DELEUZE, Gilles (2002). Diferencia y repetición. Buenos Aires: Amorrortu.
DELEUZE, Gilles (1986). El bergsonismo. Madrid: Cátedra.
HARDT, Michael (2004). Gilles Deleuze: un aprendizaje filosófico. Buenos Aires: Paidós.
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