Protrepsis, Año 10, Número 20 (mayo - octubre 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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Europa en compañía de su amigo Valentín Letelier, en busca de herramientas pedagógico-metodo-
lógicas que le permitieran redactar al menos un estudio que encaminase el proyecto de educación
y alfabetización en Chile.
Suecia, Alemania, Francia, entre otros países, serán los lugares donde se nutre de destacados ana-
listas y pedagogos. Allí, además, el ciudadano común gozaba de una institución preocupada por
formar preceptores, cuyo título además era signo de prestigio. En 1884, Matte visitará junto con
Letelier el Seminario de Preceptores de Berlín, donde quedarán impactados por los ochenta inter-
nos que, becados, estudiaban para prepararse como docentes. Como contraparte, en Chile aun los
propios exestudiantes hacían las veces de maestros sin ningún título o estudio que los respaldara.
Este seminario alemán funcionaba como anexo a las universidades, lugares que ofrecían dinero a
los estudiantes para subsidiar su estadía. Esto imprimiría en los dos amigos una fuerte y decidida
intención por establecer también en Chile una normativa que propiciara un lugar para las institu-
ciones de formación de preceptores.
Junto con estas revelaciones, los estudios pedagógicos sobre alfabetización les muestran a estos ami-
gos que el anticuado método del deletreo, técnica utilizada en esos años en Chile, era ya vetusto y
funesto para los espíritus modernos. El deletreo consistía, por entonces, en tomar cada letra y sílaba
y hacer repetir a los niños, una a una, hasta grabarlas en su memoria, cosa que impedía entender la
naturaleza de las letras en tanto que una vez que se entendía que la letra b, por ejemplo, se pronun-
ciaba /be/, no tenía sentido luego aplicar su sonido al de la palabra /barco/, pues el niño quedaría
naturalmente confundido y diría /bearco/. Dicho sistema no podría entonces rendir fruto y no lle-
garía más que a confundir la inteligencia del infante o, en el mejor de los casos, hacer el trabajo a
medias entre leer y escribir.
Parafraseando el análisis hecho por Matte a partir de su viaje, se puede decir que el método de
Valentín Ickelsamer, un profesor de gramática que aportó al debate, no satisfizo las necesidades de
una Alemania que, terminado el siglo XVIII, aún no lograba superar el método del deletreo. Poste-
riormente, Basedow, otro pedagogo alemán del mismo siglo, sugiere como estrategia entregar a los
niños galletas en forma de letra a fin de interiorizar en ellos el alfabeto. Extrañas didácticas se pro-
movían por esos años en que la pedagogía era cosa de pocos. Hacia 1801, un pedagogo de proce-
dencia sueca y francesa, hará que los niños, a través de juicios orales, lograran inteligir el significado
de las letras. Posteriormente, hacia el año 1803, Stephani de Baviera propondrá el método fonético
puro; primer avance hacia lo que hará luego Claudio Matte, pues aquel proponía pronunciar cada
letra con su sonido material. Un año después, Korug (autor del que no se tiene mayor data) formu-
lará el método del fonetismo, llamado así en tanto sistema que buscaba no solo pronunciar sino
también formar palabras sobre la base de sonidos, enseñando el movimiento de la boca en base a
iteraciones musculares; la escritura, eso sí, iba por separado.