Protrepsis, Año 10, Número 20 (mayo - octubre 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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En el caso del cuento, no pretendo afirmar que éste sea un tratado filosófico, sino una herramienta
perfecta para pensar en comunidad, y, asimismo, estimular el pensamiento filosófico en los niños.
Lo mejor de este ejercicio es que, durante la lectura, se van encontrando diferentes conceptos, al-
gunas temáticas y diferentes problemas que involucran el terreno de la filosofía; es muy importante
que se reconozca el problema ya que de esto depende la discusión que se pueda realizar en comu-
nidad. La clave es despertar y trabajar con la fantasía de los niños.
Cada vez que se lee un cuento se hace con un propósito y, en este caso, se busca que los niños
trabajen con la curiosidad, y, al mismo tiempo, hacerlos sensibles a la fantasía “sacarlos del corral
de la infancia” (Montes, 2001: 20), encaminándolos hacia un diálogo fructífero en donde la refle-
xión filosófica se hace presente. Para que se logre, considero que es importante elegir un cuento
poco predecible, de esa manera se evita caer en historias que muestren diferentes tópicos. El cuento
debe permitir el trabajo lúdico, y así despertar minuciosamente la curiosidad. Esta última les per-
mite generar una variedad de preguntas, mismas que ayudan a crear un ambiente de discusión sana
y, en consecuencia, buscar la mayor pluralidad de respuestas.
En esta parte es muy importante subrayar que no se debe subestimar a los niños ni su capacidad de
preguntar: “Los escritores de cuentos para niños (por lo menos algunos de ellos) han sido casi los
únicos adultos importantes en reconocer que muchos niños se sienten naturalmente intrigados por
las cuestiones filosóficas” (Matthews, 1983: 75). La narración de un cuento que incluye escenarios
fantásticos es muy fructífera porque a través de la fantasía se promueve la curiosidad y, gracias a
ella, los niños se atreven a preguntar infinidad de cosas, incluso en su día a día sin necesidad de
presentarles un cuento. Así pues, la fantasía tiene un doble papel, pues permite que los niños utili-
cen su imaginación creando soluciones a un suceso particular ficticio a la par que les permite pensar
en su realidad tratando de comprender su propio entorno.
Filosofía y fantasía en la infancia
La fantasía es una facultad innata en todo ser humano, base de la creatividad, siendo la infancia la
etapa en donde más se desarrolla. Así, pueden existir niños que se dediquen al arte, a la arquitec-
tura, a la ciencia, y muchos otros saberes, pero también la fantasía, por medio de la reflexión, puede
ayudarles a encontrar diferentes soluciones a tantos sucesos de la realidad. Pensar en lo que ocurre
en el mundo no es una tarea tan compleja, sin embargo, cuando el mismo pensamiento traza un
laberinto se recurre a la filosofía para marcar los muros que impiden ver la claridad del lugar y de
esa manera seguirlos hasta encontrar la salida. Así, fantasía y filosofía en la infancia son dos ele-
mentos necesarios para generar pensamiento crítico.