Protrepsis, Año 9, Número 18 (mayo octubre 2020). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
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ISSN: 2007-9273
Protrepsis, Año 9, Número 18 (mayo octubre 2020) 195-199
Recensión:
Educación y Cambio
Paulo Freire
Editorial Enlace (2002)
Vianey de Jesús Mendoza Ruelas
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Universidad de Guadalajara.
Jalisco, México.
E-mail: vianeymendoza2016@outlook.com
La educación y el cambio son dos nexos que siempre se verán implícitos para el progreso de una
sociedad. La educación continuamente romperá paradigmas para transformar un contexto social,
y adaptarse a las nuevas necesidades de la población, como lo es la educación en línea, la educacn
semiescolarizada, la educación para los adultos mayores, la educación especial, entre otras, que
impactarán en el progreso de una sociedad más inclusiva.
Lo anterior fue el caso de nuestro autor Paulo Reglus Neves Freire (1921- 1997), quien rompió
esquemas, abriendo una crítica social, filosófica y potica a la educación que se impartía en su
tiempo y que tuvo alcances a nivel de Latinoarica. Su demanda se centraba en esa educación
impartida a pocos sectores, olvidando a los adultos oprimidos y analfabetas del pueblo, aquellos a
los que la pobreza no les permitía un progreso.
Freire es reconocido esencialmente por sus aportes teóricos a la educación como lo fue la creación
de un todo psicosocial para la educación de adultos. En la actualidad este autor tiene relevantes
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ecos, al ser reconocidas sus obras como patrimonio documental por la UNESCO, y llamado el
padre de la educación liberadora
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Educación y cambio es un texto que tuvo su primera edición en 1976, y su última edición apareció
en 2002. Es un texto que contiene conceptos propios del autor como educación bancaria,
domesticación, práctica educativa de liberación entre otros; y en el que se aprecia una reflexión
filosófica acerca de la educación desde una visión antropogica en algunos de sus catulos. Cabe
destacar que partes de este texto han sido incluidas en algunas antologías posteriores.
La estructura de este texto se divide en un prólogo, y cinco catulos. El primer catulo es el
compromiso profesional con la sociedad, el segundo capítulo se titula la educación y el proceso del
cambio social, el tercer capítulo es el rol del trabajador social en el proceso de cambio,
posteriormente el cuarto catulo alfabetización de adultos y concientización, y finalmente el
quinto capítulo virtudes del educador en un contexto de cambio.
En el primer capítulo Freire realiza un análisis sobre el significado del hombre y su contexto, y de
un compromiso profesional con la educacn, el cual implica actuar y reflexionar.
El hombre es un ser que reflexiona sobre su estar en esa realidad, y por ello busca relacionarse. El
hombre como ser que se objetiviza en ese contexto, actúa, ese actuar es lo que vuelve un ser de
praxis que rebasa la teoa pura, y lo lleva a transformar su entorno. Ese actuar lleva al hombre a
comprometerse, y a dejar de ser neutral a esa realidad, para adquirir una postura de solidaridad y
responsabilidad, representando sus intereses y los propios simultáneamente, sino lo hace de esa
manera, si solo representa sus intereses y además mira al otro con subestimación por su ignorancia,
se aliena.
Freire nos dice que entre más se capacite el hombre como profesional, más responsabilidad tiene
con su patrimonio cultural, y de transmitir esa cultura a los que no la poseen, pero sin subestimarlos;
y nos dice “es transformando la totalidad que se transforman las partes y no al res” (Freire,
20002:5) siempre de la mano de los avances tecnogicos y científicos.
El segundo capítulo lleva un seguimiento del anterior, pero profundizas en un análisis
filosófico-antropogico de la educación. Nuestro autor como tal señala que el hombre al ser
consciente de su estar en el mundo, de querer comprender quién es, de dónde viene y dónde puede
estar, es cuando se reconoce como inacabado, con necesidad de indagar su origen, y ello es lo que
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ase <http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/254098>.
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lo diferencia de otras especies animales. Es ahí donde se presenta la utilidad y necesidad de la
educación.
Freire expresa que no hay personas educadas y no educadas, todas las personas poseen un bagaje
cultural dado desde su contexto, costumbre, raíces, pero no todas las personas poseen una
especialización como profesionales.
Además menciona las características que un educador debe poseer: un acto subjetivo de estima por
los otros y de tener una esperanza en que el otro, ya sea el obrero o el campesino, algún día se
alfabetizará y será un hombre libre para comprender su realidad, cuestionarse por ella, y establecer
supuestos, así como alternativas para el progreso de su contexto.
Freire insiste en que la educación permite crear en una sociedad, no ser sometido a las masas,
ideologías poticas y comerciales, de ahí la necesidad de una conciencia crítica. Aquí Freire retoma
a la educación bancaria (concepto ya mencionado en obras anteriores por el autor), en la cual el
educando solo recibe datos externos para procesarlos a su memoria, sin otorgarle la capacidad de
reflexión, sino solamente de mera transmisión de conocimientos y de adaptación al sistema; por el
contrario, lo que le permite liberarse en parte de esa educación bancaria, es la conciencia crítica.
En si nuestro autor considera que todos poseemos una conciencia ingenua y una conciencia crítica,
pero depende de cada uno cual predomine sobre nuestro ser.
La conciencia ingenua es aquella que no reflexiona una causalidad en los hechos, se adhiere al
pasado sin la posibilidad de cambio, acepta las conductas masificadoras del sistema, se satisface con
las experiencias dejando de lado la investigación, puede caer en un fanatismo y sectarismo, en
comprensiones mágicas y estáticas de la realidad.
En tanto la conciencia crítica profundiza en un análisis de la realidad, reconoce que esta es
cambiante, busca una explicación de la misma por medio de relaciones de la causalidad, se despoja
de sus prejuicios, se cuestiona, investiga y abre un diálogo con otras posturas, aceptando los cambios
en la realidad.
El tercer capítulo, como su título lo menciona hace alusión al análisis de la frase el rol del trabajador
social en su contexto, como un agente de cambio, y como educador social.
Lo anterior implica retomar la dialéctica entre estabilidad y cambio como marcadas expresiones de
la estructura social. Freire señala específicamente que si el trabajador social pretende ser un agente
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de cambio no debe caer en la trampa de manipular, ni prescribir, ni de restringir una comunicación
con el otro.
Ser crítico y reflexivo en su actuar, son algunos de los atributos que debiese tener el trabajador
social con una conciencia humanista
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, el cual desde esta dimensión debe incidir en la educacn y
el cambio cultural de la sociedad a partir del hombre concreto. En síntesis, nos dice que es la
concientización de los individuos con los que trabaja, la responsabilidad principal del rol del
trabajador social.
En el catulo cuatro se retoma lo que se expresó en los primeros dos capítulos, en tanto que
cualquier acción educativa implica una reflexión sobre el hombre, su contexto social y cultural.
Freire advierte desde su contexto, que existe un dilema de la tecnologización-humanismo en los
recursos instrumentales de la educación, y que esta no debe perder de vista una humanización, ya
que solo ano se caeen una masificación, es decir, en donde se pierda de vista al hombre y se
recaiga solo en una cnica para un sistema, pero tampoco la educación podrá prescindir de los
avances de la tecnología. Dentro del texto, el autor hace alusión a su contexto en Brasil y a aquellas
dificultades sociales y políticas de la participación de este pueblo en su proceso histórico. Desde
ahí destaca como ejemplo, el papel tan relevante de la educación al formar una conciencia crítica
del proceso histórico.
Posteriormente Freire retoma el tema de la inserción del hombre a su realidad, aludiendo a que este
siempre parte de una relación epistemogica del sujeto-objeto, solo que en el analfabeto se da
desde un conocimiento sensible prioritariamente y en el profesionista desde un ámbito s
reflexivo; aquí se retoma de nuevo la distinción hecha en los primeros catulos de la conciencia
gica y la conciencia crítica.
En palabras del autor lo que se tiene que hacer con el analfabeto haciendo él mismo referencia a
Paul Legrand- es enseñarlo a que este organice reflexivamente su pensamiento de manera
paulatina, para que domine esa conciencia mágica y se vuelva conciencia reflexiva.
La respuesta a ello Freire la da a través de su método dialógico, al análisis del contenido
programático de la educación y a la creación de las técnicas de reducción y codificación, para la
alfabetización del adulto.
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Freire se refiere al humanismo no como la formación clásicamente comprendida de erudición y artes acerca de una
reflexión del hombre, sino como un compromiso radical de la humanidad y del hombre concreto.
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Finalmente, el autor hace hincapen el rol del coordinador y el supervisor para lograr dicho
objetivo, los cuales deben poseer un alto sentido de responsabilidad y sin caer en la tan temida
educación bancaria o domesticada que tanto alude Freire en la totalidad de sus textos.
En el último capítulo, Freire nos habla del educador y el contexto educativo al que se dirige, destaca
la relevancia de la pregunta como generadora de reflexión. En sí, el educador debe ser capaz de
respetar siempre la comprensión del mundo que tiene del otro, sus interrogantes, la sabiduría
popular y el sentido común del educando, es decir partir de la cotidianeidad del otro para de ahí
construir un nuevo conocimiento. Finalmente, el autor enfatiza que la teoa es siempre útil, pero
si no hay una práctica que motive esa teoría no habrá repercusión alguna en la educacn.
En general esta es una lectura recomendada para aquellas personas interesadas en la metodología
de la educación social dirigida a grupos o comunidades, y también impregnada de una interesante
reflexión filosófica que da un sustento teórico a la educación retomando al hombre y su contexto.
A pesar de que a Freire se le clasifica s como un teórico de la educacn que propiamente un
filósofo, esta obra enfatiza una discusión sobre la educación, el sujeto y el objeto, sobre el contexto
del educador y el educando, que permite abrir una reflexión filosófica sobre cuestiones actuales de
la educación formal y no formal, desde una dimensión pedagógica, social, y política.
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