Protrepsis, Año 9, Número 18 (mayo – octubre 2020). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
101
temas aparecen explícitamente en los títulos de cada una de ellas, pero que, al igual que
el propio título de la obra en su conjunto, los de los capítulos también merecen más de
una explicación, pues ellos no siempre coinciden con lo expuesto en ellas. La primera
aparición del libro fue en el año de 1733 en Londres, empleando la lengua inglesa para
su exposición, sin la última carta, la veinticinco, cuyo título indica que trata “Sobre los
Pensamientos
de Mr. Pascal”. Al año siguiente, en 1734, el libro fue publicado en París,
en francés, y con la carta veinticinco que desde ese año aparecerá en todas las ediciones
y en todos los idiomas en que el libro ha sido traducido (está por demás señalar que se
convirtió inmediatamente después de su primera publicación en un
best seller
mun-
dial). A esta misma obra, en ocasiones, Voltaire se refería con el título expandido de:
Philosophical, Political, Critical, Poetical, Heretical, and Diabolical Letters
(Leigh, 2007:
vii) que, en mi opinión, es un título mucho más favorable al contenido del libro.
Revisando con atención ambos títulos del libro, el –por así decirle– condensado, aquél
con el que efectivamente vio la luz pública, el oficial, y el expandido, aquel otro con el
que Voltaire se refería a él en ocasiones más bien privadas que públicas, se nos permite
aproximarnos de manera más segura a su contenido por un esfuerzo intelectual basado
en la comparación de dos perspectivas diferentes con las que su propio autor se refiere
a una misma obra. En la versión oficial, el título de
Philosophical Letters
permite enten-
der
a priori
a su lectura que se trata de una obra ubicada en un género literario perfec-
tamente definido, a saber, el epistolar, y que en general, tratará asuntos filosóficos. ¿Qué
clase de asuntos? No se sabe, sino hasta empezar a leer el libro. Al hacerlo, no obstante,
lo que se evidencia es que trata asuntos religiosos, mientras que las cartas propiamente
filosóficas se encuentran hasta la carta doce, después de las cartas políticas. Al leer el
libro, queda claro que el contenido de las cartas puede ser filosófico, pero sus temas y
el punto de partida de las reflexiones que se suceden en dichas cartas y a las que invitan
a los diferentes lectores, no necesariamente son filosóficas o sólo filosóficas. A conti-
nuación se revisará más detalladamente esta estructura.
El primer grupo de siete cartas se pueden ubicar en el tema general de “la religión”,
aunque el título de las primeras cuatro hacen ver que tratarán “Sobre los cuáqueros”;
la quinta, “Sobre la religión anglicana”; la sexta, “Sobre los presbiteranos”, y la séptima,
“Sobre los socinianos o arrianos o antitrinitarios”. Puede entenderse todo este conjunto
como cartas sobre el problema teológico y religioso, pero Voltaire, o mejor dicho, el
personaje creado por Voltaire (individuo bien educado, afable, viajero y hasta cierto
punto abierto a cambiar de opinión sobre los temas que va entretejiendo en los parla-
mentos de las cartas, personaje del que no sabemos nada, ni de dónde viene, ni por qué
está en Inglaterra, ni a qué se deben sus investigaciones, ni, mucho menos, adónde lle-
varán todas sus observaciones y reflexiones), en un pasaje importante de este grupo de
cartas, afirma, refiriéndose a Inglaterra que: “Este es el país de las sectas” (Voltaire,
2007: 15). Lo que quiere decir que Inglaterra, paradigma del estado moderno, repre-
senta el país de las secciones, de las divisiones, de la falta de unidad y, por tanto, de un
conglomerado de individuos, con los que difícilmente se puede construir una sociedad.