Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
165
ISSN: 2007-9273
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021) 165 - 175
Recibido: 18/09/2020
Aceptado: 20/10/2020
Ensayo: Contra los académicos: La importancia de la sa-
biduría y la ctica a las doctrinas filoficas
Milton Ceron Zamora
1
1
FFyL - Universidad Nacional Autónoma de México.
Ciudad de México, México.
E-mail: ceronzamoramilton@comunidad.unam.mx
Resumen: Contra los académicos se presenta como una de las obras s íntimas e interesantes de
San Agustín de Hipona. Durante los tres libros que la conforman, podremos ver las críticas a las
características y enseñanzas que seguía la antigua academiarefiriéndonos a la escuela escéptica
de Carnéades y los Maniqueos , respecto a todo lo relativo a la verdad, a la filosofía y al sabio.
Ante esto, San Agustín nos va a presentar sus propios argumentos y explicaciones para entender
qué es realmente la filosofía, la verdad y el sabio.
Lo que pretendo hacer durante este ensayo es rescatar lo criticado por San Agustín con la finalidad
de extrapolarlo a nuestras actuales academias, incentivando la reflexión de algo tan básico y fun-
damental como lo son las preguntas relativas a la naturaleza de la filosofía y el fisofo, el conoci-
miento, y la verdad como una meta a alcanzar. Ante tal motivación y para lograr mi fin, el
ensayo se encuentra dividido en tres momentos cruciales: 1) Indagación sobre el San Agustín es-
ptico y maniqueísta, 2) Los pilares principales de los tres libros de Contra los académicos, 3)
Reflexión sobre la importancia y necesidad de repensar sobre la postura y el quehacer filoficos.
Palabras clave: San Agustín, sabidua, academia, Contra los académicos, crítica filosófica, filosofía
medieval.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
166
Abstract: Against the Academicians is presented as one of the most intimate and interesting works
of Saint Augustine of Hippo. During the three books that make it up, we will be able to see the
criticisms of the characteristics and teachings that the ancient academy followed referring to the
skeptical school of Carneades and the Manicheans regarding everything related to truth, philos-
ophy and the wise. Given this, Saint Augustine is going to present his own arguments and expla-
nations to understand what philosophy, truth and the wise man really are.
What I intend to do throughout this essay is to rescue what Saint Augustine has criticized in order
to extrapolate it to our current academies, encouraging reflection on something as basic and funda-
mental as questions relating to: the nature of philosophy and the philosopher, knowledge, and the
truth as a goal to be achieved. Faced with such motivation and to achieve my objective, the
essay is divided into three crucial moments: 1) Inquiry about the skeptical and manichean Saint
Augustine, 2) The main pillars of the three books of Against the Academics, 3) Reflection about
the importance and need to rethink the philosophical position and its task.
Keywords: St. Augustine of Hippo, wisdom, academy, Against the academics, philosophical criti-
cism, medieval philosophy.
Introducción
El legado tanto filosófico como religioso que nos fue heredado por San Agustín de Hipona es
invaluable. Gracias a su deseo ferviente de dotarle a la realidad, tanto de platonismo como de cris-
tianismo, tenemos las bases epistemogicas que darían pie a la patstica y a la escolástica. San
Agustín de Hipona es el punto de quiebre, pero también el puente para pasar de la Antigüedad
hacia la Edad Media. Y también, no hay que olvidar que es el padre del cristianismo.
Dentro de sus muchas obras, una de las que más me han llamado la atención es la obra titulada:
Contra los académicos del año 386. Aparte de las Confesiones, considero a Contra los académicos
como una de las obras más íntimas del fisofo cristiano pues, durante los tres libros contenidos en
la obra, Agustín nos explica a través del diálogo que sostuvo con Trigrecio y Licencio, las caracte-
rísticas y métodos qué seguía la antigua academia a la que había pertenecido la escuela escéptica
de Carnéades y los Maniqueos , y que como buen filósofo, va a criticar de forma bastante dura.
Lo que pretendo explicar, cuestionar, reflexionar y demostrar es que sin importar sobre qué tipo de
doctrina filosófica hablemos ninguna está exenta de ser criticada, y que esta cualidad natural de la
filosofía no tiene que olvidarse, al contrario, debe ser ejercitada constantemente en la academia.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
167
De tal forma, el objetivo de este ensayo es rescatar lo criticado por San Agustín para poder aplicarlo
en nuestras escuelas con miras a seguir pensando algo tan sico y vasto como: ¿Qué es la filosoa?,
¿Qué es aquello a lo que llamamos sabiduría pilar de nuestro quehacer?
Para lograr dicho cometido el ensayo se divide en tres momentos cruciales: La primera parte está
dedicada a indagar en un San Agustín perdido en el escepticismo y desilusionado por los Mani-
queos, esto con el fin de dilucidar el momento en que nuestro autor encontró aquello que siempre
buscó: la verdad; en la segunda parte me daa la tarea de exponer los pilares de los tres libros que
conforman a Contra los acamicos para entender qué es lo que concibe el autor por sabiduría y
sabio , aquello que tantas críticas suscita contra los escépticos; y, finalmente, en el tercer catulo
(el s personal) expondré mi reflexión sobre la importancia y necesidad de pensar sobre nuestro
propio quehacer y postura filofica.
Sin más preámbulo pasaré a recapitular y demostrar el punto de quiebre que sufrió San Agustín
entre la desilusión y el encuentro fortuito con la verdad.
Los antecedentes de San Agustín
San Agustín, los maniqueos y la academia escéptica
Es muy bien sabido por el gremio que San Agustín vivió una alocada y desenfrenada juventud; a
causa de esta etapa de su vida la conversión al cristianismo era lo único que podría calmar, más no
disipar, la culpa eterna que sentía. Dentro de sus primeras andanzas por la filosofía, San Agustín
siendo profesor de retórica queda fascinado por la escuela maniquea pero el gusto no le dura
demasiado debido a que la verdad que enseñaban como dogma los maniqueos no le satisfacía. Sa-
turnino refiere la breve pero decepcionante estancia con los maniqueos: “Es época en que Agustín
anhela sólo verdad, y sufre una amarga decepción cuando comprueba cómo la doctrina maniquea
se le propone autoritariamente.” (Álvarez, 1995: 601).
Al salir de la academia, San Agustín se topó con un escenario filosófico no muy esperanzador, la
mayoría de las doctrinas filoficas enseñadas por los profesores y aprendidas por los alumnos eran
materialistas y escépticas. Y a San Agustín le parea sumamente grave que los jóvenes vírgenes de
conocimiento se estuvieran instruyendo en academias escépticas. Agustín pensaba que si no había
un fundamento que rigiera y diera legalidad a la naturaleza y al hombre, podan haber problemas
(epistémicos y morales) muy serios. Si nada pudiese ser fundamentado entonces se corren dos ries-
gos: que el conocimiento no es alcanzable, y que, sin tener conocimiento absoluto muchas acciones
que consideramos como malas, al no tener fundamento, no pueden ser evaluadas gica y moral-
mente.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
168
“El camino no fue fácil, y el materialismo junto al dogmatismo maniqueos se presentaron seducto-
res proponiendo falsedades como verdades absolutas.(Unger, 2016: 212). Pero una vez fuera de
la academia y conociendo el peligro que había en instruir a los jóvenes en el escepticismo filosófico
decidió enfrentarse al dogma de la época. Fue justamente en un fisofo anti-materialista como
Platón donde pudo encontrar en el mundo de las ideas el sustento lógico y epistemogico para
cuestionar la realidad que le fue dada. Pero fue lo al encontrar la fe cuando por fin nuestro refor-
mado fisofo pudo construir todo su sistema filosófico con el fin de contrarrestar el mal que fue
legado y adoptado por las nuevas escuelas.
La luz de la sabiduría en San Agustín
El amor por la sabidua inició en la vida de San Agustín cuando leyó por primera vez el Hortensio
de Cicen “… fue el inicio de una búsqueda que no terminaría sino hasta su muerte.(Aguirre,
2016: 38), sin embargo, no fue hasta el momento en que halló a la fe que pudo encontrarle un
significado a todo lo que había vivido. Por lo tanto, fue gracias a este encuentro que San Agustín
localizó el sustento último y primero que estuvo buscando toda su vida, y ese sustento iba a ser
Dios:
Para la sica, es la fuente del ser como creador; la física deviene teoría de la creación. En
lógica, Dios es la fuente de la verdad de las cosas como luz intelectual; la lógica se convierte
en teoría de la iluminación. En ética, Dios es la fuente de la bondad de los seres desde su
gracia. (Soto, 2002: 280).
Por lo tanto, Dios es el fundamento epistémico, lógico, estético y ético que da razón y legalidad a
toda la materia y escenas que hay en la realidad.
Una vez ya teniendo la legalidad universal de la realidad, es hora de utilizar la razón para contra-
atacar las escuelas escépticas y formar jóvenes con buenos juicios lógicos y morales.
La filosofía por fin tenía la forma que él estaba buscando: “La filosoa más que una forma de saber
es una forma de vivir como gozo de la verdad y verdad del gozo, que convierte la vita contemplativa
en comunn.(Soto, 2002: 291)
.
Es ahora en el mundo de las ideas platónicas y en Dios, que San
Agustín entiende la filosofía idealista como la filosofía que puede derrocar el reino que han creado
las escuelas dogmáticas y mal educadoras de la época. Así pues, la filosofía ya no era un eterno
camino lleno de incertidumbre que nunca lo llevaría al conocimiento absoluto y verdadero. Ahora
la filosofía era el medio para poder llegar a la tan anhelada verdad que había estado buscando me-
diante la contemplación; por ende, estamos ante un alternativo camino totalmente alejado de la
nociva duda escéptica. Es en Dios donde podría encontrar su redención.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
169
Contra los académicos y su doctrina
Una vez explicado todo el arduo camino que tuvo que seguir San Agustín para poder encontrar la
verdad en Dios mediado por la filosofía, es hora de abordar todas las objeciones que hace nues-
tro autor a los acamicos.
El texto se presenta en forma de diálogo, es un diálogo entre dos interlocutores: Trigrecio y Licen-
cio; está escrito para Romaniano, un segundo padre para San Agustín que le dio apoyo en los mo-
mentos más difíciles de su vida, y como muestra de gratitud quiere enseñarle el camino para llegar
a ser sabio en contraposición a lo que los acamicos entienden y enseñan por ser sabio, ya que
Agustín no quiere que Romaniano se deje enfermar por dicha academia.
La verdad, la sabiduría y la felicidad
Mediante el diálogo entre Trigrecio y Licencio, San Agustín empieza a cuestionar todo lo respec-
tivo a lo que se entiende por sabiduría. El fin es claro, quiere demostrar que la concepción que
tienen los académicos sobre el sabio-fisofo es errónea, pero para llegar a esta afirmacn hay que
iniciar desde el principio.
La primera premisa dada es la interrelación entre felicidad y conocimiento, pues aquel hombre que
posee el conocimiento tiene la dicha de conocer y reflexionar sobre lo que lo hace triste ergo puede
reflexionar respecto a lo que lo hace tender hacia la felicidad. Y dado que la felicidad es un sendero,
para ser virtuosos hay que vivir conforme a lo mejor que hay en el ser humano; San Agustín, siendo
idealista, determina que lo mejor en el hombre es el razonamiento, pues es la razón la que nos va a
dictar cual es el mejor camino a seguir para ser feliz. Es en esta parte donde encontramos una de
las primeras críticas a los académicos.
Los acamicos piensan que la felicidad y el conocimiento, si bien van de la mano, son algo que
difícilmente puede llegar a ser alcanzado. Desde los argumentos anteriormente esgrimidos pode-
mos decir que para San Agustín la verdad y la felicidad son alcanzables, mas para los escépticos no.
Nuestro autor sigue bajo la misma línea argumentando que aquello que ellos consideran como sa-
bidua en absoluto lo es, la sabiduría no puede ser alcanzada mediante la indeterminación y la
duda, el sabio es aquel que posee la sabiduría porque posee conocimiento verdadero y concreto. La
sabidua de los acamicos es una sabidua con error. El error en este apartado es la noción deri-
vada de la probabilidad. La sabidua es algo acabado y verdadero, apues, aquello que no esté
acabado y no se tenga la certeza de ser llamado verdadero no se puede denominar sabiduría. Es en
este concepto donde justamente la supuesta sabiduría escéptica tiene su fallo… en el error.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
170
Ya sabemos qué no es la sabidua, razón por la cual la concepción acamica es errada pero, ¿qué
es entonces la sabiduría? A continuación anexo la definición que nos proporciona el autor en el
parágrafo veintitrés, libro uno:
Digo que la sabiduría no sólo es la ciencia, sino también la inquisición de las cosas divinas
y humanas. Y si quieres dividir esta definición, la primera parte, que implica ciencia, con-
viene a Dios; la segunda qué se contenta con la investigación, propia es de los hombres.
Por aquella es dichoso Dios, por este el hombre. (San Agustín, trad. en 1947).
Por lo tanto la sabiduría es aquello que el sabio posee gracias a contemplar y razonar lo tocante a
Dios como aquello que es absolutamente verdadero y necesario, y también gracias a escrudar al
ser humano en todas sus dimensiones.
Si tomamos la verdad de Agustín derivada de Dios debemos aceptar entonces que la sabidua es
aquello que se relaciona en gran medida con Dios y en menor escala con las cosas concernientes a
los hombres. Dicha consideración excluye al sabio académico y fisofo escéptico como sabios dado
que dentro de su propia doctrina no está la certeza de acceder a la verdad, antes bien, sólo es posible
buscarla.
Una vez que San Agustín expone los motivos para invalidar la sabidua acamica y el escepti-
cismo, lanza su consigna respecto a lo que es la sabiduría y cómo se alcanza: “Ahora el camino hacia
la verdad y la sabiduría podrán realizarse cuando la búsqueda consiga la conjunción, en recíproca
relacn dialéctica, de las dos polaridades: revelacn y razón.(Lazcano, 2010: 17.) Es justamente
en la revelación divina y en la razón filosófica otorgada por Platón que podemos tener la oportuni-
dad de alcanzar la verdadera felicidad y beatitud. Esta, por lo tanto, es la forma verdadera y segura
de alcanzar la sabiduría.
Crítica a la academia escéptica
Si bien en el apartado anterior vimos algunas críticas directas al escepticismo desde el ejemplo de
la sabiduría, es a lo largo de este capítulo que nos vamos a dar a la tarea de explicar y profundizar
s las objeciones que arguye San Agustín.
Agustín, antes de empezar a hablar sobre las diferencias y desventajas que tiene ser un académico
escéptico, se da la tarea de enunciarnos en el segundo libro, parágrafo nueve que la verdad sí
es alcanzable y que no hay que dejarnos engañar por las palabras y argumentos que nos den los
académicos:
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
171
Precaveos de creer que en la filosofía no habéis de conocer ninguna verdad o que de nin-
gún modo puede conocerse. Pues creedme a mí, o más bien creed al que dijo: Buscad y
hallaréis; no hay que desconfiar, pues, de hallar la verdad y que se hará más evidente que
aquellos números. (San Agustín de Hipona, trad. en 1947).
Los acamicos sostienen que el conocimiento y la verdad no pueden ser alcanzados debido a que
no podemos tener certeza de por cuál o cuáles medios los sentidos adquieren conocimientos ya que
éstos son falibles. No obstante, eso no significa que no se pueda llegar a ser sabio, pues la sabiduría
y el conocimiento para los académicos no denotan tanto la posesión de la verdad como su bús-
queda, el sabio entonces es aquel que sabe que es dicil descubrir la verdad pero no se siente inti-
midado por su búsqueda, por eso mismo es conocedor y sabio, porque la buscará toda su vida.
En contraposición, para San Agustín el sabio que sabe que no puede alcanzar la verdad pero se
conforma con su búsqueda no se puede considerar sabio. Ser sabio significa no tener duda ni error
de aquello que se conoce; si los académicos pretenden enseñar sabidua y conocimiento, estos lo
único que hacen a fin de cuentas es dogmatizar y guiar a una vida desdichada, pues la felicidad y
el conocimiento, como ya se mencio, van entrelazados. Lo que realmente deberían de enseñar es
el acceso a la verdad mediante la filosofía idealista de Platón aunado del buen uso de la fe. La única
forma, por tanto, de enseñar la sabidua y la felicidad es mediante las enseñanzas de Platón poten-
cializadas por Cristo y por la necesidad de conocer y llegar a Dios.
¿Cuál, entonces, la verdadera diferencia entre San Agustín y los escépticos? San Agustín aclara la
duda en el parágrafo veintitrés, del segundo libro: “Nuestra diferencia de opiniones se reduce a lo
siguiente: a ellos parecióles probable que no puede descubrirse la verdad; en cambio, a me pa-
rece que puede hallarse.(San Agustín de Hipona, trad. en 1947).
El sabio idealista versus el sabio académico
En esta sección explica las diferencias entre el sabio idealista del que habla San Agustín y del
pseudo-sabio escéptico de los acamicos, desglosadas desde tres enfoques: lógico-epistemológico,
moral y didáctico.
Lógico-epistemológico
Sabio idealista: Conoce la verdad mediante la intelección otorgada por Dios y dirigida por la
razón platónica. Se le puede considerar como verdadero sabio debido a que, efectivamente,
tiene un conocimiento verdadero y sabe la causa constitutiva de la realidad. El sabio idealista
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
172
prefiere recurrir a la inteleccn de la mente para fundamentar su obtención de conocimiento,
se poda hablar de un innatismo en su teoa del conocimiento.
Sabio acamico: no puede considerarse como tal sabio debido a que en ningún momento va a
adquirir la verdad, su misión y naturaleza es siempre buscar el conocimiento verdadero pero
de manera trágica él sabe que no va a poseerlo nunca; a causa de la desconfianza en sus sentidos,
y su dependencia de ellos, no sabe cómo explicar la obtención del conocimiento sin éstos. Por
último, me gustaría agregar la ctica que hace nuestro autor ante la incongruencia de la razón
académica:
Pues también estamos de acuerdo ambos, a todos los antiguos filósofos, y entre ellos a los
académicos, que nadie puede tener ciencia de cosas falsas. No te queda, pues, otra salida
sino decir que no es nada la sabiduría o que el sabio concebido por los académicos no es
conforme a la razón. (San Agustín de Hipona, trad. en 1947: III, 4, 10).
Moral
Sabio idealista: Debido a que conoce la verdad del mundo en aquella entidad divina (Dios) que
es el fundamento de la realidad, sabe entonces que las acciones de los hombres pueden ser juz-
gadas desde un criterio objetivo, y por lo tanto se tienen las razones suficientes para justificar
los juicios de valor. Respecto a la felicidad, ya que tiene fundamentos de conocimiento y actúa
conforme a lo mejor del hombre la razón, este sabio tiene todo a su disposición para ser
feliz.
Sabio acamico: Debido a que todo es relativo para él no sabe encontrar el fundamento de las
acciones humanas, lo que conlleva su incapacidad para formular juicios morales en su sociedad.
Ese relativismo puede llegar a ser peligroso si la juventud se da cuenta que, debido a la falta de
criterio, las acciones malas no pueden ser juzgadas por falta de un fundamento verdadero.
Didáctico
Sabio idealista: Ya que el sabio idealista posee conocimiento certero, tiene capacidad de trans-
mitirlo sin ningún problema, dada su objetividad e inteligibilidad cualquier pupilo mediante
el uso de su razón es susceptible de aprenderlo. También es posible enseñar moralidad objetiva
y el camino correcto para ser felices.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
173
Sabio escéptico: Se imposibilita la transmisión del conocimiento dada su imprecisión y relati-
vidad de lo que se sigue, aparte de una moralidad reprobable, una vida infeliz en función de la
interrelación agustiniana conocimiento-felicidad.
Una vez explicado y resumido todo el libro de Contra los académicos a partir de los ejemplos y
diferencias de los tipos de sabios, pasaa mi libre reflexión.
La importancia de la crítica académica en la actualidad
Los colegios de filosofía hoy en día tienen la fortuna de ser los centros de tan diversas y ltiples
doctrinas y escuelas filoficas. Se encuentran posturas como: la filosofía analítica, pragmática, con-
tinental, idealista, materialista, posmoderna, etc.
Toda esa diversidad de corrientes y escuelas filosóficas conviviendo en un espacio-tiempo tan es-
trecho es propicia a la discusión y al diálogo, lo cual es perfecto pues es lo propio del filosofar: abrir
el diálogo para una posterior divulgación del conocimiento al alcance de toda la comunidad. Lo
que es errado es la imposición de perspectivas y concepciones acerca de la enseñanza y estudio de
la filosofía.
Podemos, desde nuestra actualidad, criticar la idea de sabio y de sabiduría que nos da San Agustín.
, puede ser dogtica y recurrir a la Deus ex machina, pero es posible hacer esa crítica porque se
parte de la idea de filosofía como diálogo.
A como San Agustín tuvo la valía y el coraje de criticar en su día el paradigma filofico de la
época, considero necesario seguir con dicha tradición de crítica y diálogo con nuestros homólogos
disciplinares y multidisciplinares. No hay nada que tenga derecho divino a evitar ser criticado, cada
objeto de la realidad está destinado a ser pensado y estudiado por la filosofía:
La dialéctica igualmente me enseñó que, cuando hay armoa sobre las cosas de que se
disputa, no debe porfiarse acerca de las palabras, y el que lo haga, si es por ignorancia, debe
ser enseñado, y si por terquedad, debe ser abandonado. (San Agustín, trad. en 1947:
III,13,29).
Desde la antigüedad se suele definir a la filosofía como el amor a la sabiduría. Si bien esta definición
no suele ser muy bien aceptada como una definición universal no podemos negar que es la defini-
ción que más se trabaja, por lo menos desde la divulgación filosófica. Lo que nos lleva a preguntar-
nos: ¿Seguimos siendo como aquellos antiguos filósofos griegos que van por la vida buscando y
amando la sabidua? Y si decimos que sí, desde la vista de San Agustín ¿somos sabios?
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
174
Conclusión
El objetivo de este ensayo fue demostrar que desde el estudio crítico y actual de la obra Contra los
académicos de San Agustín de Hipona, se podría reflexionar sobre la academia en la época pre-
sente, lo que entendemos por filosoa y, en consecuencia, el acto de filosofar. Efectivamente se
alcanzó dicho objetivo mediante el análisis y exposición de las ideas y argumentos más importantes
contenidos en los tres libros que estructuran dicha obra: De la verdad y de la buenaventura, Examen
de la doctrina de los académicos y De la sabiduría y buenaventura: Del primer libro se sustrajo que
la sabiduría era tanto ciencia como la capacidad que tiene la razón humana para conocer las cosas
divinas y la derivación humana de aquellas, y que por lo tanto la sabiduría es el conocimiento de la
verdad, que es Dios. Del segundo libro se rescata que la mayor crítica que hace San Agustín a los
académicos es el considerar a la sabiduría como el camino de la eterna búsqueda de la verdad im-
plicando una verdad inalcanzable. En el último libro, Agustín explica que aquellos fisofos que
los escépticos denominan sabios están muy lejos de serlo, ser sabio significa poseer la verdad, no
una búsqueda sin fin de la misma. Es en este libro donde el autor afirma que la única forma de
alcanzar la tan anhelada verdad y el fundamento último de la realidad (Dios) es recurriendo al
platonismo.
Esta obra de San Agustín de Hipona demuestra la superación de los años que pasó perdido (espiri-
tual y filoficamente) con los maniqueos, y también enseña que hay que tener demasiado valor
para criticar el paradigma filosófico que prevalece en la época.
BIBLIOGRAFÍA
AGUIRRE, Daisy (2016). “El escepticismo de San Agustín en el Contra Académicos”. Intus-Le-
gere filosofía. Chile: UAL. N°. 1, Vol. 10.
ÁLVAREZ, Saturnino (1955). “San Agustín su concepto de filosofía eje de toda ‘Philosophia
Christiana’”. Revista portuguesa de filosofía. Portugal: N° 11, Julio-Diciembre.
LAZCANO, Rafael (2010). “El amor a la verdad según Agustín de Hipona”. Revista española de
filosofía medieval. España: Universidad derdoba. N° 17.
SAN AGUSTÍN DE HIPONA (1947).Contra los académicos” en obras de San Agustín III.
Obras filosóficas. Madrid: La Editorial Católica.
Protrepsis, Año 10, Número 19 (noviembre 2020 abril 2021). www.protrepsis.cucsh.udg.mx
175
SOTO, Gonzalo (2002). “La muerte del escepticismo o San Agustín y los acamicos”. Estudios
de filosofía. Colombia: Universidad de Antioquia, N° 26.
UNGE, Biviana (2016). “Agustín y Cicen. La búsqueda de la verdad”. Universitas Philosophica.
Colombia: BUJ. N° 67. Febrero-Marzo.
Acceso Abierto. Este arculo esamparado por la licencia de Creative Commons
Atribución/Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional (CC
BY-NC-SA 4.0). Ver copia de la licencia en: https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es